4 ene de 2004

La música folclórica y sus nuevos rumbos

(El Deber)
Futuro. El folclore boliviano ha generado diversas propuestas. También suscita controversias entre sus ejecutantes


Ricardo Herrera

La actualidad de la música nacional y las perspectivas hacia el futuro motivó a Escenas a consultar a cinco músicos nacionales sobre el tema. El resultado no fue sólo visiones distintas, sino también fuertes críticas que seguramente generarán más de un debate entre los que cultivan este género. Para el compositor Oscar García, el folclore boliviano actual se mueve bajo tres corrientes distintas. Una de ellas es la que tiende a recuperar las formas musicales, instrumentos y piezas musicales de la tradición musical urbana. Pone como ejemplo el trabajo de Música de maestros. La segunda es la de la música tradicional de las comunidades campesinas. Para el músico la tercer corriente, y la que más critica, es la que tiene gran popularidad en los valles y el occidente del país. Agrupaciones que mezclan instrumentos autóctonos con electrónicos y que apuestan por ritmos bailables. "Aunque uno busque con lupa no encontrará una propuesta nueva, ni musical, ni rítmica, melódica y menos técnica. Sin embargo esta corriente parece ser la que va a predominar en los próximos años en el folclore boliviano", concluye García. Por otro lado el cantautor chaqueño Yalo Cuéllar cree que el folclore nacional debe analizarse de acuerdo a cada región. Afirma que en la parte occidental del país es notoria la mayor incorporación de instrumentación electrónica y nuevas tecnologías, pero se ha retrocedido en la composición y en la creación, ya que se ha echado mano a estilos y temas de los años 70. "Estos grupos parecen ser los que marcarán la pauta de lo que se escuchará en Bolivia, pero más allá de una simple moda no aportan nada al folclore nacional", sugiere el músico. Considera también que en los valles se ha mantenido la hegemonía de los grupos tradicionales como Los Kjarkas, pero ellos también han hecho algunas innovaciones como la incorporación de batería al grupo. Cuéllar dice que en el oriente boliviano no hubo grupos nuevos destacados y que las voces femeninas siguen predominando. Comenta además que si bien el folclore del Chaco ha logrado una gran difusión, debe buscar afianzarse en una evolución poética y musical. El charanguista Donato Espinoza tiene una visión distinta y considera que el folclore boliviano hasta hace tres años había quedado rezagado, pero la aparición de grupos como K'achas, que él ayudó a surgir, generó un movimiento musical juvenil que ha logrado acercar a los jóvenes nuevamente al folclore. "Gracias a estos grupos, los jóvenes se animan a tocar folclore y se le gana terreno a la cumbia. Ahora incluso se han abierto espacios de baile donde los protagonistas son grupos folclóricos nacionales", explica Espinoza, que considera que los que critican a estos grupos no toman en cuenta que son jóvenes que están en proceso de formación y que no se les puede exigir que toquen como 'maestros'. También el guitarrista de los K'achas, Richard Burgoa dice que la propuesta del grupo abrió muchos de los espacios que estaban cerrados al folclore y que es a través de estas cadencias bailables es que se está volviendo a valorar los ritmos tradicionales.